Tampoco sabríamos responder ante una reacción de la naturaleza

Las consecuencias de un mayor calentamiento global de la tierra traerían distintos grados de destrucción. A desastres naturales como terremotos, erupción de volcanes o tsunamis, imaginemos desastres naturales que afectasen a todos los seres humanos por un incremento entre 2 y 5º C de la temperatura. Lo que estamos viviendo hoy podría ser poca cosa con lo que nos podemos encontrar.

Ya sabemos que el fenómeno de calentamiento global podría transformar los patrones climáticos, que serían cada vez más impredecibles y erráticos, y que será más difícil luchar contra sus consecuencias directas. Entre ellas, se puede destacar la extinción de especies animales y vegetales, el incremento del nivel del mar, la desertización, la cronificación de sequías o la falta de acceso a agua potable. Ello afectaría a una gran parte de los habitantes del planeta, pero podría ser peor. Un deshielo de los polos por un incremento de las temperaturas de entre 2 y 5ª puede liberar bacterias y virus mortales que han estado congelados durante miles de años, o, peor, ser desconocidos para el ser humano. El investigador Jean-Michel Claverie considera que “si el patógeno no ha estado en contacto con los seres humanos durante mucho tiempo, nuestro sistema inmunológico no estaría preparado, de modo que sí, eso podría ser peligroso”. [i]

Foto de Europa Press

CAMINO A LA EXTINCION

El 19 de septiembre de 2019 asistí a la “Marcha Fúnebre por el Planeta” [ii], organizado por el movimiento pacifista global Extinction Rebellion [iii], invitado por Alejandro Sacristán, impulsor del Instituto Mutante de Narrativas Ambientales de Matadero Madrid y miembro en activo del grupo de música “El Aviador Dro”.

Tras una impactante performance que recorrió cientos de metros al son de una sonora percusión y una melancólica música, diversos grupos de personas utilizaban sus propios recursos corporales para explicar que vivimos en la sexta extinción masiva, esta vez provocada por el ser humano. Decenas de personas que representaban a las especies animales que van desapareciendo delante de nuestros ojos se dirigían, teñidas de sangre y con gestos de dolor, a su lecho de muerte, al ritmo de su propio réquiem, ante la pasividad del ser humano para evitarlo. Fueron 30 minutos presenciando mi propio funeral.

Tras ello, plantearon una cuestión en la charla “Camino a la Extinción y qué hacer al respecto”: ¿Qué puede ocurrir si, como se prevé, suben las temperaturas entre 2 a 5º C a finales del siglo XXI? A priori, para una persona que no sepa, un incremento así no parece un gran riesgo, ya que una variación de 2 a 5º C es casi imperceptible. Esa misma persona se podría sorprender al saber que ese mismo proceso, de manera natural, llevó 5.000 años a la tierra y permitió pasar de la Era de Hielo al mundo actual. La acción del ser humano desde la Revolución Industrial ha acelerado enormemente el proceso. Si la tierra de manera natural necesitó cincuenta siglos, con el ser humano lo conseguirá en tres.

Visualicemos la aparición de nuevas pandemias

El permafrost es una capa de suelo que está permanentemente congelada y supone alrededor del 20% de la superficie terrestre. Al igual que los polos, se está descongelando a una mayor velocidad de lo pronosticado por científicos. Hoy no se puede saber con exactitud cuáles son las consecuencias porque lo relevante de este riesgo no es lo que se ve, sino lo que se encuentra invisible a nuestros ojos.

Para realizar un análisis prospectivo para el cual apenas hay datos, tenemos que imaginar en qué podría consistir la consecuencia de un evento y contrastar con eventos similares recientemente ocurridos. Así, puede partirse de hechos como el fallecimiento u hospitalización de personas infectadas por ántrax en Siberia en 2016, al descongelarse los huesos de un reno fallecido por la bacteria 75 años antes. Al descongelarse por una intensa ola de calor, el microorganismo infectó suelo, agua y alimentos. También puede considerarse el descubrimiento de la NASA de microorganismos desconocidos para el ser humano, con 10.000 a 50.000 años de antigüedad, en los cristales de una mina de México en 2017[iv].

Si se derrite el permafrost,  aumentarían también las enfermedades de origen animal, lo que tendría un impacto directo sobre el ser humano. La organización World Wildlife Fund (Fondo Mundial para la Naturaleza), organización no gubernamental suiza, indicó en un informe sobre “Pérdida de naturaleza y pandemias” que los animales salvajes han transmitido más del 70% de las patologías humanas en los últimos cuarenta años[v] Imaginar las consecuencias no es difícil. La aparición repentina de diferentes bacterias y microroganismos para los cuales el ser humano no tiene una solución podría impactar a escala global y supondría un verdadero reto para el ser humano.  

Supongamos la probabilidad de que pueda ocurrir

El 20 septiembre de 2020 Tedros Ghebreyesus, Director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aseguraba de que “la probabilidad de que nuevos virus animales salten al ser humano es cada vez mayor, debido a la industrialización y a la reducción de los espacios salvajes por el incremento de la actividad humana[vi]. Considera que es “inevitable” el contacto de virus animales con seres humanos.

Ya en 2018 la OMS consideró a la “Enfermedad X” como una de las diez enfermedades prioritarias. Siendo las otras nueve identificadas (fiebre hemorrágica de Crimea-Congo; enfermedad del virus del Ébola y del virus del Marburgo; fiebre de Lassa; síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS-CoV) y síndrome respiratorio agudo severo (SARS); Nipah y enfermedades henipavirales; fiebre del Valle del Rift; y enfermedad del virus del Zika)[vii] la temible ‘enfermedad X’ sería el resultado de un patógeno que desencadenara una epidemia mundial.

Las probabilidades de que ocurra este riesgo son muy elevadas. El Deutsche Bank estima en un 33,5% la probabilidad de que una gran crisis global ocurra antes de 2030 y que esté causada por una nueva pandemia, una guerra global o un desastre natural. Para 2040 la estimación aumenta al 55,7 %[viii].

PUES PREPARÉMONOS ANTE LO QUE PARECE QUE VIENE

El año 2020 ha demostrado la potencia destructiva de un solo virus cuando se convierte en pandemia global. Millones de muertes, países y ciudades bajo confinamiento, impacto negativo en la economía mundial y desempleo para millones de personas son algunos de los efectos sufridos por la última pandemia.

Si comprendemos solo uno de los riesgos indicados, una gran reacción de la madre naturaleza por la acción humana, debido a que se descongela el permafrost, liberaría nuevos desencadenantes biológicos que implicarían nuevas crisis globales. Junto con ese riesgo existe una interminable lista de otros riesgos presentes en la naturaleza que tendrían efectos muy negativos sobre la salud de las personas.

Las probabilidades de que ello ocurra no son desdeñables. En la década de los 2020s el ser humano se enfrenta, de manera conjunta, al mayor conjunto de riesgos que ha vivido en su historia. Asumir que corremos esos riesgos sirve para poder prevenirlos mejor. Aun comprendiendo los riesgos que proceden de la naturaleza, los mayores riesgos para la humanidad proceden del mismo ser humano.


[i] https://www.bbc.com/mundo/vert-earth-39851987

[ii] Marcha fúnebre por el planeta. https://www.mataderomadrid.org/programacion/ocupacion-extinction-rebellion

[iii] Extinction Rebellion (en español) http://www.extinctionrebellion.es/portal/

[iv] Fox-Skelly J. (31/05/2017). “Los peligros de las enfermedades ocultas bajo el hielo durante miles de años que están despertando”. BBC Earth. https://www.bbc.com/mundo/vert-earth-39851987

[v] WWF. “Pérdida de naturaleza y pandemias un planeta sano por la salud de la humanidad”. https://wwfes.awsassets.panda.org/downloads/naturaleza_y_pandemias_wwf.pdf?54120/Perdida-de-naturaleza-y-pandemias-Un-planeta-sano-por-la-salud-de-la-humanidad

[vi] El Mundo (20/09/2020). “La OMS insiste en que aumenta la probabilidad de que nuevos virus animales afecten a las personas”. https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2020/09/20/5f676a4ffdddff9d848b463e.html

[vii] BBVA Open Mind (13/03/2020). “Enemigos microscópicos: los contagios que nos amenazan”. https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/biociencias/enemigos-microscopicos-los-contagios-que-nos-amenazan/

[viii] Deutsche Bank Research (2020) ‘Después de la Covid19: el próximo riesgo masivo”. https://www.dbresearch.com/servlet/reweb2.ReWEB?rwnode=RPS_EN-PROD$RPS_ANALYST_FIRSTNAM&rwsite=RPS_EN-PROD&rwobj=ReDisplay.Start.class&document=PROD0000000000509478

Acerca de Rafael Martinez-Cortiña

21st century life explorer in Madrid, a city that makes sense
Esta entrada fue publicada en Inteligencia Colectiva, Prospectiva y etiquetada , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario